La Cocina Nikkei
Vaya donde vaya, uno lleva consigo sus costumbres, sus recuerdos, sus sabores. Pero es a través de este último registro gustativo que el lugar de origen dejado atrás renace mágicamente entre los aromas y calores familiares que brotan de un plato amigo.
La cocina Nikkei nació en el Perú como hija de esta necesidad de evocar y de empezar de nuevo. La primera oleada de inmigrantes japoneses que llegaron a estas costas no encontraban, debido a la poca importación, los ingredientes originales para preparar los alimentos a los que estaban acostumbrado. Había que recrear sabores lejanos con los insumos que se tenían a la mano. Fue así como en las cocinas japonesas afincadas a un océano de distancia de la isla se coló el ají, se entrometió el culantro, se aparecieron el tacu tacu, el cebiche y el anticucho a manera de comité de bienvenida. La pulcra y precisa técnica culinaria nipona empezó a experimentar con estos nuevos insumos y gustos con sabor a mar, limón y montaña.
Eran los intuitivos pero sabrosos primero pasos de una fusión intercultural a fuego lento. O en algunos casos, cruda nomás.